BETTY BOOP

 

2017- Degustar Roma

El viaje empieza en Roma. Ya conozco Roma pero es la primera vez para Betty Boop. ¿Qué mostrarle de esa ciudad monumental? ¿La llevo a la Capilla Sixtina o al mercado de Porta Portese?… El turismo cambia las ciudades, las modifica, las amolda a sus necesidades. ¿La llevo donde van los turistas? ¿A los lugares donde “debe” tener la foto? O busco los espacios donde la ciudad resiste, donde lo romano se mete entre las grietas del gran negocio… ¿Cómo era que decía Caparrós? “El turista, cuando lo es y cuando no lo es, detesta a los turistas” Yo detesto ser tan previsible y volver con la foto del Coliseo y la Fontana di Trevi…pero ¡¿cómo evitarlo?! Es arte, historia… ella aprenderá y verá cosas tan diferentes a las de todos los días ¿Cómo no mostrarle? Me gustaría mostrarle lo inevitable y encontrar a la vez algo de la esencia de cada lugar. Una historia, una anécdota, una charla, un cruce, un encuentro…

En estos pensamientos andaba yo perdida, hasta que arribamos a Roma… A Roma no hay que buscarla, ella viene por ti apenas asomas por la manga del avión.

El ragazzo que te ofrece servicio puerta a puerta en el aeropuerto casi atropellándote y luego te deja a unas cuadras de tu alojamiento diciendo tranquilamente “É di là!”; el mozo del bar que casi llama a la policía gastronómica porque osamos pedir “pasta e birra” y “pizza e vino”; todo el personal del restaurant acompañando a Betty Boop hasta la puerta del baño para que no se pierda; tu amica -militante revolucionaria y feminista- te cuenta que preparan el momento de la jubilación en una chacra cosechando olivas; el sacerdote que pasa abrigado en su sotana negra sin prestar ninguna atención a la mendiga tirada en el puente; un casamiento en plena Piazza del Campidoglio con una novia barrocamente adornada a la que Betty Boop no pudo resistirse; ese helado inolvidable de pistacho; el cartel en la puerta del restaurant “We are against war and tourist”; el cameriere al que le pedimos la carta de postre y con verdadero humor… ¿humor?… romano respondió “il postre sono io”….

– Esta es la Roma que yo ví!

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