BETTY BOOP

Tenía ganas de conocer algo nuevo ya que era mi tercera vez en Roma y, según las lecturas previas, desde Gianícolo había una hermosa vista de la ciudad. Subimos con el bus 115 desde Lungotevere in Sassia y nos bajamos justo enfrente del Hospital Infantil. La vista era realmente  maravillosa! Esas casas y palacios color pastel, las cúpulas, las montañas allá lejos y el sol del atardecer iluminando la ciudad de los dioses.

 

Sacamos miles de fotos, jugamos a darle de comer a las gaviotas y caminamos subiendo la cuesta del monte hasta la explanada donde se encuentra el Monumento a Garibaldi.

 

Betty Boop jugaba a ser exploradora y a retratar Roma con su cámara.

 

 

 

 

 

 

 

Atardecía, el sol colándose entre los árboles, iluminando de un color dorado los monumentos romanos parecía de película… ¡¡¡maravilloso!!!!

 

 

 

Para darle aún más emoción decidimos bajar hasta nuestro alojamiento en Trastevere caminando. Cuán lejos puede ser??

Era lejos! Caminamos y caminamos. Se hacía de noche y no encontrábamos cómo salir del hermosísimo parque aunque bastante oscuro y ya casi desierto a esa hora!

Como era de esperarse me agarró… ¡el monstruo de la inseguridad! Ahora me recuerdo en esa actitud y me río de mi misma pero quedarte en un parque de noche caminando con mochila, cámaras de fotos y una peque es algo que no tenía planeado!

Bajamos por Vía Garibaldi hasta que se acaba la vereda que la acompaña. Nos quedamos en la parada del bus pero no venía! Lo cómico es que la parada estaba frente a un barcito donde la gente disfrutaba de su aperitivo relajada y tranquila mientras yo ¡arañaba las paredes! Super nerviosa y preocupada ¡quería salir de ahí!

Pasan tres chicos que salían de trabajar y les consulto si saben cómo llegar a Trastevere, no saben indicarme pero me muestran en Google… dicen que está muy cerca y se alejan caminando al borde de la calle donde los autos pasaban a mil! Como iba a llevar a la peque por ahí!! Luego veo que a unos cien metros los tres chicos cruzan la calle y bajan por unas escaleras! Ahhh hay una forma de acortar camino!

Y bueno, el bus no viene. Hay que arriesgar! La puse a Betty Boop adelante agarrándola de los hombros y a caminar por el borde de la vía rogando llegar antes de que venga un italiano enloquecido con su auto. Llegamos a la escalera y bajamos. Yo seguía alterada y llena de pánico!

Resultó que era un callejón tranquilo y a pocos metros doblabas y te encontrabas con una típica callecita de Trastevere llena de barcitos super bonitos con la gente cenando, disfrutando de los sabores de la comida, tomándose un rico vino. Un ambiente tan relajado que me hizo caer en la cuenta de lo loca que había estado hasta ese momento.

No es fácil ser responsable por otra persona. Mucho menos cuando lo sos el 100% del tiempo. Creo que me superó la responsabilidad, el miedo, los temores internos. Cuando ya en el alojamiento, descansando y con la panza llena, me puse a pensar en esto… me pareció que debía ser una enseñanza: el mundo es maravilloso, el miedo y los prejuicios están en tu cabeza pero atrás de esos muros la gente te espera para disfrutar una cerveza, para sonreírte.

Y por supuesto luego vino la enseñanza por parte de Bettty Boop. A la cual traté de no trasmitirle mis miedos pero bahhh a quién engaño! Los niños tienen 20 sentidos, perciben todo, lo huelen! Huelen a través de tu piel, comprenden las energías que desprendemos! Aún así en su cuaderno de viajes retrató este día de esta forma…

 

– Fuimos en colectivo. Sonreíamos mucho, cantábamos un poquito. Nos queríamos mucho, nos dábamos abrazos. Había un jardín con muchas flores!

Es fantástico!! Ella recalcó todo lo bonito del día, el amor, las flores, la alegría! Qué bellos son los peques!!!! Cuánto te enseñan!

Y cuánto se aprende viajando!  Yo enajenada y con los pelos parados, trastornada, asustada, mirando por encima del hombro, perseguida por miedos infundados… y la gente disfrutando, sonriendo, feliz… Un contraste que me demuestra lo ridículo que puede ser el miedo.

Aún así, me quedo con la enseñanza de Elizabeth Gilbert que aprendí en el curso de escritura «Viajándome«: no hay que tratar de conquistar ni eliminar el miedo, él nos protege. Hay que caminar con el miedo como amigos, convertirlo en tu aliado… Y yo agrego: ¡y llevarlo de viaje!

 

Comentarios ( 4 )

  • Kristina G. Langarika

    Me ha encantado Lucrecia! Reconozco eso que dices de cuando estás ahí con el miedo y a la vez tienes que mantenerte en pie por tu responsabilidad. Y el diario de Betty Boop me ha encantado!!!!!

    • Lucrecia e Isabella

      Gracias Kristina!!!!

  • Cristina

    Betty Boop es una genia! Gracias por compartir sus historias. Un abrazo!

    • Lucrecia e Isabella

      Muchas gracias!!

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